El hombre está considerado como el primer depredador de su casa , la tierra, de su flora, fauna y la biodiversidad. Tenemos sangre heredada de las bestias, que se imponen a toda lógica y razonamiento humano. Si no fuera porque algunas personas , científicos, instituciones y los medios de comunicación, que claman todos los días sobre la preservación de la naturaleza, ya hubiéramos desaparecido, nos hubiéramos comido entre nosotros mismos, como los milenarios caníbales africanos. Lo mismo hacemos con el agua, un recurso extinguible, al que no cuidamos y envenamos diariamente, sabiendo de antemano, que sin este recurso se apaga la vida. Llegamos a la irracionalidad económica de venderla o entregarla en concesión a empresas extranjeras malvadas para que la exploten, como el caso malandril que se sucede en la ciudad de Tumbes.Nosotros nos alimentamos de los productos marinos, inmensos pero a la vez indefensos. Muchas especies marinas se encuentran en proceso de extinción y nuestros nietos las conocerán solo por película o fotografías. Donde encontrar un mero, cabrillón, peje blanco o un pez espada. Lo mismo pasa con los cangrejos y las conchas negras, cada vez más pequeños por la extracción indiscriminada.
No hacemos caso a nadie. No respetamos los tamaños, arrasamos con todo para saciar nuestro apetito mercantilista.
Nos comemos a la gallina de los huevos de oro, la dejamos hasta sin plumas.Las normas legales como la veda no nos interesan.
La mafia y los corsarios panzones, los zares de la pesca obligan a los pescadores artesanales a violarlas.
Mientras unos se enriquecen con sus cámaras frigoríficas en serie, depredando al mar y llevando nuestros recursos a otros mercados, otros se empobrecen, se avejentan, mueren tullidos y en la miseria, porque viven de la pesca para el día, y mañana otra cosa sucederá, no nos interesa el futuro de la familia.Estos grandazos de la pesca no tienen arrepentimiento ni rubor.
El dinero fácil es lo único que les interesa y explotan a los viejos y curtidos pescadores artesanales, sin ningun respaldo por parte del gobierno.Pero me causa profunda indignación y repudio las últimas denuncias que hace el IMARPE, quien reporta masacres y asesinatos de los lobos marinos, tortugas y delfines. Aquellos animalitos vivarachos que nos deleitan con sus sonidos y sus maricuetas, pero que en la noche, no los escuchamos, pues sus cánticos son de suplicio, para no ser asesinados a mansalva, en la forma más cruel y salvaje por una especie de humanos carroñeros, que sólo les importa el vil metal. Ellos son masacrados a cuchilladas, envenados, a palo limpio y hasta cortándole sus testículos o aletas.Qué miserables. La legislación peruana está por las huevas, nadie sabe nada, nadie opina y a los abogados del diablo no les interesa esta matanza, porque estos animalitos no tienen defensores ni menos plata para que los defiendan.
¿Qué dice el Ministerio de la Producción y sus burócratas ingenieros pesqueros ? ¿ Dónde está la protesta de los biólogos paridos de las universidades insensibles ? ¿ Qué opina la ORCA (Organización Científica para la conservación de animales acuáticos ? ¿ Existe ? Qué opinamos nosotros los dueños del mar de Grau, qué dice por favor la Marina de Guerra del Perú que sólo nos deleita en los desfiles militares anuales.Segun la oficina de Seguridad e Higiene de la empresa BPZ Exploración y Producción SRL., solo en este mes han masacrado a 15 lobos marinos por impactos de bala de asesinos, aparte de los golpes a lo largo de las playas de Acapulco , Cancas y Puerto Pizarro. El año pasado en las playas del balneario Colán de Piura fueron asesinados 300 lobos marinos con sus crías, muriendo 127 especies por envennenamiento directo, un 20 % por perforación de bala de grueso calibre y un 11% por extracción de sus testículos.Qué barbarie, nadie dice nada porque estos animalitos no pueden hablar a pesar de que emiten sus señales de auxilio que los pescadores artesanales no escuchan o no quieren escuchar por complicidad.
Mientras nosotros, los humanos y demócratas, estamos a la espera de los resultados electorales, ante la parsimonia del JNE, con nuestras caravanas macabras, la cosa se agudiza en el océano profundo y solitario, que muy pronto se convertirá en otro mar muerto, sin especies marinas, agotándose la pesca y el resultado catastrófico de una hambruna generalizada.
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